Redacción
¡AMLO tiene razón!

José Luis Elizondo T.
Después de los sucesos de Michoacán, en la que un grupo de un cártel hizo retroceder, por no decir que corretear, a una patrulla del ejército, el Presidente declaró que los narcotraficantes y delincuentes también son seres humanos, y por ese hecho, merecen ser cuidados y debemos respetar sus vidas.
Habló como un místico, porque efectivamente la vida necesita ser protegida; y estoy de acuerdo con él. En lo que no coincido, en lo que estoy totalmente en desacuerdo, es en no detener a los delincuentes, para apresarlos, procesarlos con las leyes que nos rigen a todos los mexicanos y sentenciarlos, porque ellos si están asesinando y desapareciendo a cientos de personas; porque ellos no están respetando ni cuidando la vida de los mexicanos.
Señor Presidente, no mate a los narcos, secuestradores, violadores o simples delincuentes, porque no merecen morir. Pero métalos en la cárcel para que dejen de hacerle daños a gente inocente.
Para eso es el Estado que usted representa, para ejercer la fuerza pública necesaria a fin de poner orden y evitar injusticias, y sobre todo, para evitar la impunidad que se ha convertido en el mejor estímulo para delinquir, porque el número de sentencias condenatorias, es una cifra ridícula comparada con el número de delitos que se cometen todos los días.
Sólo en desaparición de personas, se lleva un registro oficial de más de cien mil personas en todo el país. Cien mil familias que claman por encontrar a sus desaparecidos. Y no desaparecen por arte de magia o por tele transportación a otros países o planetas, sino por obra de la delincuencia organizada que los entierra en fosas clandestinas o en el peor de los casos, los deshacen en tambos llenos de ácidos para no dejar ningún rastro.
Negar la existencia de un problema no lo desaparece, al contrario, lo magnifica y lo estimula a crecer más rápido.
Por favor, señor Presidente, no mande matar a los delincuentes; lo único que le pedimos es que los detenga y encarcele por el tiempo que decidan las leyes y los jueces.