TODOS SOMOS ALHINNA
José Luis Elizondo T.
La persecución política que ha puesto en marcha el gobierno del estado contra los diputados opositores es comparable sólo con los regímenes antidemocráticos y autoritarios del mundo, que en lugar de abrirse a la crítica y entablar puentes de diálogo y negociación con las diversas fuerzas políticas, prefieren cerrarse y fustigar a sus detractores y adversarios.
El caso más reciente es el de la legisladora Alhinna Vargas, quien se ha visto obligada a tramitar una licencia para detener el feroz hostigamiento que sobre ella y su familia han llevado a cabo las diferentes instancias estatales, que tienen atribuciones fiscalizadoras y sancionadoras.
Particularmente inquietante resulta ser la lamentable actuación de la Secretaría del Trabajo, que se ha dedicado a clausurar negocios de diputados y sus familiares, cuando no tienen ninguna facultad legal para ello; es decir, además de violar la Ley Federal del Trabajo y otras disposiciones legales, están desviando recursos públicos para llevar a cabo acciones de tinte político, en lugar de inspeccionar los negocios en los que frecuentemente se presentan accidentes aborales, algunos de ellos, de fatales consecuencias.
Sin embargo esos ataques, además de inmorales, no solo la afectan a ella y su familia, también ofenden a diversos grupos de la sociedad que ella ha defendido e impulsado a través de su tarea legislativa, como el caso de las mujeres, con su propuesta de crear puntos violeta y un observatorio de violencia de género; o la comunidad de personas sordas, a quienes representó en su iniciativa para crear una Ley de Derechos de las Personas Sordas; o los inmigrantes, cuya iniciativa de ley está muy avanzada el trámite legislativo; o los grupos de personas desaparecidas, a través de la Ley en Materia de Desaparición y Búsqueda de Personas, en la que tuvo una importante participación; o los grupos ambientalistas que han avalado y promovido su iniciativa para crear la Ley de Fomento a la Economía Circular, por mencionar algunos grupos de los que ella se ha convertido en su voz en el Congreso, así como también es la voz del sexto distrito que ella representa, gracias al voto mayoritario que le dieron los ciudadanos en la pasada jornada electoral.
Es de destacarse que Alhinna Vargas es una de las diputadas más productivas en esta legislatura, al promover por sí misma en los primeros dos años de su gestión, 82 iniciativas entre las que destacan 14 nuevas leyes, además de haber suscrito otras 98 iniciativas de reforma.
La recordamos con mucho aplomo y serenidad al frente de la Comisión Jurisdiccional para Declaratorias de Procedencia, en la que se le quitó el fuero al Secretario General de Gobierno, para que siga su curso el juicio que enfrenta en los tribunales locales, así como en las sesiones de las comisiones que desahogan diversos juicios políticos contra el propio gobernador del estado y y otros servidores públicos.
Como Vicepresidenta del Congreso, presidió un número importante se de sesiones del pleno, en las que siempre mostró el temple con el que está forjada, la tolerancia y el buen manejo político en algunos de los momentos más álgidos de esta legislatura.
Si Alhinna Vargas decide apartarse de su labor legislativa, demostrará su compromiso con la protección de su familia, lo que es un acto de dignidad y honorabilidad, en contraste con la irracional represión ejercida contra ella. Sin embargo, en esta difícil encrucijada, el mayor afectado es el espíritu democrático que debería unir a todos los nuevoleoneses, porque la voluntad de uno de los poderes, no puede desmantelar el significado del voto popular y la importancia de la pluralidad política.
Porque en esta lucha por la democracia y la justicia, todos nos convertimos en Alhinna, unidos por un ideal de una sociedad más inclusiva, tolerante y respetuosa. Por eso hoy, todos somos Alhinna.
Asedio a la Democracia
José Luis Elizondo T.
23 agosto
La separación, independencia y el equilibrio de los poderes es una característica fundamental de los sistemas democráticos en el mundo. Es en el poder legislativo donde recae la representación popular, lo que garantiza que las voces de los ciudadanos sean escuchadas y que las leyes se aprueben de manera imparcial y en beneficio de los propios habitantes del estado.
Sin embargo, en los últimos meses, hemos sido testigos de un permanente asedio por parte del poder ejecutivo hacia los integrantes del congreso local y sus familias, a través de una persecución selectiva del aparato estatal, socavando así la integridad de la cámara de diputados.
El respeto a la diversidad de opiniones y a las decisiones tomadas por la mayoría parlamentaria constituyen el cimiento de la democracia. Desafortunadamente, estamos presenciando cómo el poder ejecutivo está utilizando el aparato del Estado para someter a las y los diputados a una presión indebida, obligándolos a pedir licencia o incluso a renunciar a sus cargos, con el fin de romper la mayoría calificada e incrementar el número de los integrantes de la bancada naranja, afín al gobierno estatal, la cual, dicho sea de paso, no ganó ningún distrito en las pasadas elecciones, desvirtuando de esa manera la voluntad popular expresada en las urnas.
La intimidación y la persecución de los diputados por parte del poder ejecutivo no solo van en contra de los principios democráticos, sino que también amenaza con erosionar la confianza de la ciudadanía en las instituciones gubernamentales. Cuando las y los diputados se ven amenazados ante la presión del poder ejecutivo, se crea un ambiente en el que el debate abierto y honesto se ve restringido, lo que a su vez pone en peligro la capacidad de la cámara de diputados para cumplir su función de control y equilibrio.
Es imperativo recordar que la separación de poderes no es un mero concepto teórico, sino una piedra angular de la democracia moderna, por lo que es urgente que el poder ejecutivo deje de asediar a quienes integran las bancadas mayoritarias del Congreso del Estado.
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