La Suiza
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás” Julio Cortázar
La oferta gastronómica del Monterrey reciente ha crecido enormidades y es posible degustar platillos de todo tipo de cocinas y lugares; hay hoy una importante cantidad de franquicias instaladas en la metrópoli y muchos negocios que ofertan platillos de especialidad, sin embargo por mucho que lo intenten no alcanzan las cotas de algunos que antaño marcaron huella en la vida regiomontana. Era otro Monterrey, pero a mis más de 60 años recuerdo aún el sabor exquisito de las que creo fueron las primeras hamburguesas al carbón que se prepararon en la ciudad y que se servían en “La Suiza”, un pequeño local instalado en la avenida Gonzalitos, en el estacionamiento de Julio Cepeda, mismo lugar que después ocupó una de las primeras sucursales de Kentucky Fried Chicken. El sabor de aquellas hamburguesas y las papas a la francesa que hacían eran único. Regularmente mi padre y sus hermanos acudían a comprar hamburguesas ahí los fines de semana para alimentar a toda la tropa de primos que nos encontrábamos reunidos en casa de los abuelos en Mitras Centro. Aún recuerdo el logotipo del restaurante en la pared de ladrillo a un lado de aquel pequeño local. Hoy las cosas han cambiado y hay montones de hamburguesas al carbón, como las “Del Río” o las de “El Chino Jr.”, pero la verdad, como decía una querida amiga que fue mi secretaria hace algunos años: “Saben a lámina acanalada de cartón”. Seremos muy modernos y muy internacionales, pero lo cierto es que las nuevas generaciones nunca podrán disfrutar de aquellos manjares que comimos hace años y que forman parte de la historia de nuestra ciudad.
Robo
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
15-ene
“El fuero para el gran ladrón, la cárcel para el que roba un pan” Pablo Neruda
Trato de encontrarle lógica al recibo que llegó ayer a casa por parte de Agua y Drenaje y la verdad es que no entiendo cómo o por qué se dieron incrementos descomunales en los montos. Pienso de inmediato en la gente pobre, esa que hoy paga 10 centavos más en cada viaje de camión y no me imagino cómo podrán liquidar su recibo del agua. No soy de quejarme y mucho menos de ir a perder el tiempo con un burócrata (nunca mejor empleado el término en forma peyorativa) que nada te resuelve y que te hace perder horas de tu tiempo; por lo regular acepto callado el monto, lo pago y me quito de problemas. Pero resulta que la señora que me da asistencia en su casa y que dice además que es mi esposa, ayer puso el grito en el cielo, y es que de un mes para otro el recibo de Agua y Drenaje subió un 237 por ciento. ¿Cómo, cuándo, a qué horas, aprobó el Consejo de la paraestatal este aumento? Voy de acuerdo en que incrementé el consumo en un 56 por ciento según lo que ellos dicen ahora con su nuevo medidor (antes me cobraban al tanteo), ¿pero subir tanto el precio? 56 no es igual a 237. Cuando escuché el grito hipohuracanado de la patrona pensé que le habían puesto el dichoso cobro del “Expediente”, pero no es así. La mera verdad no me trago el cuento chino de Juan Ignacio Barragán de que les están cobrando a los usuarios las reparaciones que ellos reportaron a Agua y Drenaje afuera de sus domicilios… esa es la red de distribución y ese cargo ya viene en el recibo, ¿de dónde saca que los clientes tienen que pagar por ello? O sea, después de que su red falla y de que les avisas que tienen un problema (no lo haces por buena persona, sino porque aquello huele a diablos), ¿resulta que el andarles informando y pidiendo que vengan a arreglar su desmadre tienes que pagarlo tu? En términos reales, Barragán le subió a mi recibo el 146 por ciento al precio por el consumo de agua. ¿Cómo por qué? Pero no conforme con eso, el arquitecto tuvo la ocurrencia de incrementar en un 257 por ciento la cuota de drenaje y en un 255% la cuota de saneamiento. Y me sigo preguntando, ¿a qué horas y quién le autorizó subir así las tarifas? Y que no salga con la mamarrachada de que “no estaba enterado”, porque si no sabe lo que ocurre en la dependencia a su cargo debería renunciar; es el titular y por tanto tiene una
responsabilidad por lo que hacen y dejan de hacer todos y cada uno de los empleados de esa empresa. Igual que yo, somos miles los clientes cautivos que abnegada y calladamente pagamos sin chistar ni cuestionar, pero todo tiene un límite y esta vez Barragán se pasó tres pueblos, como dicen en España.
Más allá de las cuentas y necesidades que tenga Agua y Drenaje, alguien debería avisarle a Juan Ignacio Barragán que no se manda solo, que no puede subir las tarifas a su antojo y que debería recordar que la misión fundamental de esa dependencia es la de proveer de un servicio vital para los seres humanos y que ante todo, debería contar con una política de responsabilidad y sentido social, antes de simplemente incrementar los precios por sus pantalones, por muy de marca que sean.
Y no nos pasaba nada
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer” Mark Twain
Comentaba con un grupo de compañeros que hace 50 años estudiamos juntos la secundaria, la fortaleza de estómago que teníamos las anteriores generaciones que crecimos invocando y provocando a las enfermedades y nada no ocurría. Así, comíamos elotes cocidos en una tina que contenía agua de dudosa procedencia y nos deleitábamos con los yukis preparados con hielo de barra que tapaban con un costal de yute muy sucio; aquellos raspados con forma de pirulí se sostenían con un palito de madera sucia que era cortado con un machete oxidado, mismo que servía para trozar limones, jícamas, cocos y quiote. Eran deliciosas las tostadas preparadas con salsas riquísimas que no sabemos si al momento de su elaboración se respetaban normas de higiene, pero igual las comíamos. Consumíamos tacos “de bisteck” (así los anunciaban) en cualquier puesto, en Juárez, Reforma, Calzada Madero o el Tec, con carne de no sabes qué, pero que eran riquísimos y que aderezabas con cebolla, cilantro y salsa. Tomábamos agua de frutas de “La Michoacana” que se enfriaba con hielo de barra y en cada vaso incluían un trozo de aquel enfriador. ¡Éramos felices! Hoy, los chamaquitos tienen que pedir sus alimentos preparados con leche deslactosada y el pan libre de gluten, deben revisar las etiquetas de las calorías y saber si no contienen transgénicos, el café debe ser descafeinado y la azúcar tienen que cambiarla por edulcorante. Serán más preparados y más sanos, pero no cambio por nada la época que me tocó vivir, temeraria, sí, pero deliciosa.
Alerta
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
5-enero
“Para prevenidos no hay acasos” Baltasar Gracián
Los “paracaidistas”, esos grupos de personas que de pronto llegan y se posesionan de un terreno que no es de ellos para construir con lo que pueden sus casas, han existido desde siempre y en Monterrey no son novedad, sin embargo una seria amenaza se cierne sobre nosotros en este arranque del 2025. Al natural crecimiento poblacional de la metrópoli derivado de las personas que dejan sus lugares de origen buscando mejores condiciones de vida, hay que sumar el alto número de migrantes cuyo plan original era cruzar la frontera hacia los Estados Unidos y al no poder hacerlo se quedan aquí, resignados a cumplir la mitad de su sueño. Hoy podemos ver debajo de puentes, en el lecho del Río Santa Catarina, en muchas plazas públicas, endebles construcciones en las que habitan estas personas, pero también están llegando a ocupar terrenos y baldíos, sin que nada ni nadie los detenga. La historia, en el mismísimo centro de Monterrey, es la misma. Los dueños de una casa fallecen y dejan la propiedad intestada a su descendencia o bien la heredan pero los nuevos dueños no pueden o no quieren venderla, dejando que la vivienda se deteriore y se convierta en una casa abandonada más. Desde hace años conozco un caso así. Lo que era una casa comenzó a caerse y sólo quedaron algunas habitaciones; la puerta principal, metálica, fue robada una noche junto con los protectores de ventanas por ladrones y en el terreno comenzó a crecer yerba y maleza; todo un caos. No tardaron en aparecer vagos y malvivientes que se introducían por las noches; en alguna ocasión estas personas robaron materiales de una construcción que estaba a unos cuantos pasos y los encargados optaron por tapiar el acceso principal y la ventana para evitar que se introdujeran y así dejaran de robarles, pero quedó un pequeño hueco y a través de él, hará cosa de un mes, un tipo se metió y comenzó a limpiar el espacio, dejó la basura en la banqueta y desde entonces ahí vive. Ya en una ocasión provocó un incendio al prender una fogata por la noche para calentarse; llegaron los bomberos y la policía, los vecinos se quejaron, pero la autoridad no hizo nada al no existir denuncia por la invasión. El posesionario alega ser familiar de los propietarios, pero no lo demuestra. El temor fundado de los vecinos es que al limpiar el terreno el paracaidista traiga a más personas a ocupar el predio, ya que es sabido que a más ocupantes será mucho más difícil
sacarlos del lugar. La permanencia de grupos así pone en riesgo la seguridad de la zona y reduce la plusvalía. Lo ideal es que la autoridad ponga un alto y evite este tipo de situaciones. Que encuentre y obligue a los propietarios a hacerse responsables del cuidado de su tierra y que disuada a los posesionarios de cometer este tipo de actos. Como esta, hay cientos de historias en el primer cuadro de Monterrey.
Incomprensible
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“La lógica, dado el mal uso que de ella se hace, vale más para estabilizar y perpetuar los errores cimentados sobre el terreno de las ideas vulgares, que para conducir al descubrimiento de la verdad. Sir Francis Bacon
Toda nueva edificación o la remodelación de alguna ya existente conlleva molestias a quienes ocupan, ya viviendo, ya utilizando, su entorno. Por ello es de suma importancia al momento de planear su ejecución, el considerar la logística necesaria para afectar lo menos posible la vida de las personas, además del flujo de recursos económicos necesario y tener en consideración los imponderables como las condiciones climatológicas que pueden afectar el desarrollo de las obras. Hace un par de días por la construcción de la Línea 6 del Metro se cerró un carril central de la avenida Miguel Alemán en un tramo de aproximadamente un kilómetro; en poco tiempo ocurrirá lo mismo en el sentido contrario, lo que repercute obviamente en la vialidad de la zona. Hace también unos días tuve que acudir al aeropuerto a recoger a un familiar que vino a pasar las fiestas a Monterrey y como quería comer en Apodaca, regresamos por Miguel Alemán. Tanto en el Bulevar Aeropuerto, como en buena parte de Miguel Alemán, pude observar metros y metros de carriles bloqueados y en el centro equipos, materiales, pero casi nadie trabajando en las obras, a los únicos que me topé fueron a unos tipos cambiando los separadores de carriles naranja sucios por unos nuevos que descargaban de un camión. De ahí en fuera, todo era soledad. La misma escena es posible ver a diario en la avenida Constitución, pocas labores y muchas zonas bloqueadas, lo que complica el tráfico citadino. Constructores a cargo de las obras han comentado que han detenido sus trabajos por la falta de pagos por parte del Gobierno y el panorama ante la falta de un presupuesto aprobado para el 2025 no pinta nada bien. Así, no entiendo la lógica de abrir más frentes de construcción cuando tienes muchos en los que no se avanza y la ciudad está hecha un caos por la falta de movilidad. El bloquear carriles para tener obras a medias sin que se vea actividad cotidiana no abona a la imagen ni ayuda en la percepción de un trabajo por parte de la Administración; por el contrario, proyecta desorganización y falta de planeación.
Pero bueno, cada quién sabe cómo le menea a su olla de frijoles. ¡Felices fiestas!
No lo arregles
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“Si algo funciona, no lo arregles” Consejo popular
Nuestros vecinos del norte son muy prácticos y una de sus frases que me encantan es: “If something works, don't fix it”, que en español es “Si algo funciona, no lo arregles”. Pero en México a muchos les encanta buscar o inventar “prietitos en el arroz” y hacerla de pleito simplemente porque sí y en todos los niveles sociales, en la mayoría de las relaciones y por supuesto en los medios de comunicación, no falta quien crea, sienta o se imagine que si la haces de tos un día sí y otro también, eres mejor periodista o escritor. Queja generalizada desde hace tiempo es que los diputados no trabajan y no pueden ponerse de acuerdo, sin embargo cuando así ocurre, resulta que no falta a quien no le parezcan las decisiones que toman los representantes del pueblo (que para eso fueron elegidos) y arme su borlote. El jueves pasado 25 diputados del Congreso de Nuevo León, integrantes de las bancadas del PRI, PAN, PRD y Morena, acordaron ratificar en el cargo de Presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos por un periodo de cuatro años más a Olga Susana Méndez Arellano. Pero “Ah, no” y como el niño de la canción de Cri Cri, a algunos no les gusta la leche ni caliente, ni fría y dicen que no es correcta la ratificación. Uno de esos quejosos es un tipo interesado en quedarse con ese cargo, de manera que sus pataletas no tienen mucho sustento, dado que su interés no es la legalidad o el procedimiento, sino llegar al puesto. Lo interesante es que he leído en algunos espacios que “diversos colectivos” y “organismos de la sociedad civil”, cuestionaron el procedimiento de ratificación, pero sin que se cite a uno solo por su nombre; los diputados de Movimiento Ciudadano votaron en contra y algunas diputadas de Morena, pero párele de contar. Méndez Arellano ha hecho un buen papel al frente de la CEDH, al menos más activo y con resultados que el de su homóloga a nivel nacional, nuestra paisana Rosario Piedra Ibarra, quien también fue misteriosamente ratificada después de ser la propuesta con menos votos en el Senado. ¿Ahí no estuvieron los colectivos y los organismos de la sociedad civil? Quienes critican diciendo que este asunto está politizado, están cayendo en el pecado que denuncian y son las típicas personas a las que la democracia les cuadra sí, y sólo sí, va en favor de lo que ellos quieren. Si la Comisión Estatal de Derechos Humanos funciona bien, no la arreglen.
¿Alcalde o guía?
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
11-dic.
“El que a dos amos sirve, con uno queda mal” Refrán popular
Me preocupa en serio que la sobrecarga de trabajo pueda terminar provocando un daño grave en la salud de Mauricio Fernández. Porque eso de ser Alcalde de San Pedro y al mismo tiempo guía oficial de turistas en La Milarca debe ser complicado y más que ello, implicar un desgaste físico impresionante. Porque eso de andar cargando el morral con sus “chunches” todo el día, para arriba y para abajo”, le puede traer consecuencias en el cuello, el hombro y la espalda. A tiro por viaje, no hay semana en la que el alcalde sampetrino deje tirada su chamba para ir a pasear y mostrarle La Milarca a algún visitante; algunos realmente importantes y otros no tanto, pero el museo es atendido por el Estado y debería tener sus propios guías, por lo que Mau no debería entrar y salir “como Mauricio por su casa”, por muy de él que sean las piezas y sólo las haya prestado. No le pretendemos enseñar a enlatar chiles a Clemente Jacques, mi Mau se conoce la alcaldía al dedillo y la puede operar dormido, pero más allá del espertix, los ciudadanos lo eligieron y él aceptó una responsabilidad, por lo que debe honrar la palabra empeñada al momento de rendir protesta y dedicarse de tiempo completo a servir a San Pedro. Ya sabemos que le encanta presumir su colección, pero si esa es su prioridad, que deje la Presidencia Municipal en manos de alguien que sí quiera atender los problemas de San Pedro y se quede de planta en La Milarca, al fin y al cabo hay días en que se pasa más horas allá, que en el Palacio Municipal.
Respuesta
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“Pueden prohibirme seguir mi camino, pueden intentar forzar mi voluntad. Pero no pueden impedirme que, en el fondo de mi alma, elija a una o a otra” Henrik Johan Ibsen
Aclarando que no es mi deseo adentrarme en una lucha epistolar y que responderé por única ocasión, pretendo hacer algunos comentarios (que no dar respuestas) a lo publicado el viernes pasado en Monitor Político en un escrito signado por Ivonne Escárcega de PRODAN A.C. y Gerardo Prado Hernández de Huaperros, sobre el tema de la propuesta ante el Congreso para impedir el acceso de menores a las plazas de toros. En principio el texto no aporta ningún elemento que rebata el derecho de los padres de decidir la mejor forma de educar a sus hijos y los lugares a los que pueden o no llevarlos, punto principal de mi publicación del pasado 28 de noviembre. La carta enviada, según mi punto de vista, contiene imprecisiones y falsedades, como por ejemplo: “No abordaremos la inconstitucionalidad actual de las corridas de toros”. No existe ningún precepto en la Constitución que prohíba la realización de los espectáculos taurinos. Otra más: “La tauromaquia fue declarada por la ONU como violatoria de los Derechos del Niño”. Falso, Naciones Unidas no se ha pronunciado sobre este tema en su Asamblea General y lo expresado al seno de un comité fue una “recomendación”, misma que los países miembros pueden o no acatar. En la propuesta, queda claro que no se sugiere la prohibición de acceso a menores a las corridas de toros, sino simplemente que se tomen medidas para “protegerlos en su calidad de espectadores”, por lo que para cumplir su premisa se requiere primero que sean espectadores y para ello necesitan forzosamente entrar a las plazas..
Sobre esta recomendación, valdría la pena que antes de repetir argumentos, los firmantes tuviesen el cuidado de verificar antecedentes y datos. Dicho material fue hecho y presentado (ojo con este término) al Comité por la Fundación Franz Weber. Si los autores de la misiva del viernes tan preocupados están por la niñez, deberían investigar de dónde provienen sus fondos, así como de la World Wildlife Fund y se espantarían al enterarse de que detrás está el dinero de grandes empresas petroleras que contaminan el aire y los océanos del mundo y que financian la lucha antitaurina como una “cortina de humo”. Volviendo al tema de los menores, más inexactitudes: “Existen numerosos estudios de psicólogos, criminólogos, sociólogos y expertos en neuroimagen que constatan que la exposición a la violencia en la infancia y la adolescencia puede contribuir a normalizar la
violencia y a fomentar actitudes de aceptación de la agresión”, una verdad a medias o una medio mentira, porque no se hace referencia directa a la tauromaquia, además de que “numerosos estudios” es totalmente vago e inexacto. En contraparte, y aquí sí con nombres y autores, presentaré dos ejemplos que afirman de manera categórica lo contrario. Por una parte el estudio “Posibles repercusiones psicológicas de las corridas de toros en niños menores”, elaborado por profesionales de distintas universidades españolas bajo la coordinación del Dr. Enrique Echeburua Odriozola; y el firmado por el Dr. Juan Alberto Cárdenas Medina, Psiquiatra y Paidopsiquiatra, denominado “Evaluación del impacto emocional y conductual que generan las corridas de toros en una muestra de niños y adolescentes del Centro y Bajío de la República Mexicana” Siguiendo con las mentiras: “En la tauromaquia, ningún torero inicia esta profesión después de los 18 años… y no son los hijos de los aficionados los que realmente entrenan para hacerse toreros, son mayormente los niños de otras familias”. Falso de toda falsedad, un alto porcentaje de los participantes provienen de familias enteras que han practicado esta disciplina.
Finalizo reiterando el llamado a que los antitaurinos dejen de utilizar a los niños en su propósito de prohibir la Fiesta Brava, al tiempo que les exhorto a poner en práctica valores como la tolerancia y el respeto a la diversidad de opiniones; es válido pensar diferente y es mejor respetar a quien piensa distinto.
Olvido
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“Nadie más muere que el olvidado” Gregorio Marañón
Son los tiempos que nos toca vivir, somos desmemoriados, olvidamos todo, incluso los escándalos más grandes, con suma facilidad. Nos hemos acostumbrado a vivir en un juego de malabares en el que una novedad suplanta a la anterior y vamos desechando recuerdos, historias, nombres, personajes, conservando sólo aquellas cosas que nos resultan cercanas o relevantes. Así, aquella historia de familias que habitaban en tejabanes en el predio conocido como “El Pozo” y que se consumieron en un voraz incendio el 1 de enero de 2022, pocos la recuerdan. Un buen número de ellas fueron reubicadas en Escobedo, pero otros muchos se negaron a la movilización e insistían en que esos terrenos fuesen legalizados lo cual era imposible por tratarse de propiedades del gobierno federal. Movilización de la sociedad en pleno, promesas, apoyos, más promesas, estudios y más promesas, el hecho es que no hubo justicia ni hubo ayuda para todos los afectados. Han pasado más de dos años de la muerte de Debanhi Escobar en Escobedo y diese la impresión de que ha sido mucho más tiempo. Su muerte ha quedado en el olvido. Su padrastro llegó a ser candidato a diputado por Movimiento Ciudadano en las pasadas elecciones sin alcanzar el triunfo y todo indica que hasta ahí le llegó la fama, porque nada más se ha vuelto a saber de él. El escándalo que cimbró a la sociedad regiomontana y que fue el inicio de la caída del entonces Fiscal General, Gustavo Adolfo Guerrero, permanece en el olvido, pero para los habitantes de la metrópoli regia es tema pasado, historia muerta. Y como esos casos muchos más, de grandes y pequeñas proporciones. Historias desgarradoras de injusticias que no tienen castigo y que únicamente permanecen en la memoria y recuerdo de quienes las padecieron. La modernidad nos ha recubierto de un blindaje que nos permite desechar cualquier cosa, por muy escandalosa o fuerte que esta sea; unos días, unas semanas, y todo se olvida, todo pasa a un segundo término pues llega una nueva noticia a llenar los espacios. Sería ideal el encontrar un mecanismo para que ciertos temas no se fueran al archivo de “nunca jamás”, que tuviésemos como sociedad una memoria que nos recordase, de cuando en vez, que mantenemos una deuda y que tenemos un asunto pendiente por resolver como
comunidad. Estoy seguro que al leer estas líneas usted ha podido recordar uno, dos o tres casos similares de asesinatos o escándalos, de grandes fraudes o robos, de sonadas historias que han puesto en vilo a los regiomontanos y centrado la atención de todos. Tendríamos que encontrar una manera de impedir el olvido.
Incongruencia
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“Las coherencias tontas son la obsesión de las mentes ruines” Emerson
A ver si así nos entendemos: en el 2023 se lidiaron y mataron en plazas de toros en México un total de 2 mil 298 reses, es decir, poco menos de 6.3 animales por día. ¿Le parece mucho? En el mismo periodo fueron asesinadas en nuestro país 30 mil 523 personas, lo que significa que diariamente perecieron en hechos violentos un promedio de 83.62 personas. ¿Le parece poco? Visto lo anterior cuestiono: ¿en dónde debería centrarse la atención de nuestras autoridades? Siguiendo la tendencia animalista, pero más que ello, la de actuar haciendo lo “políticamente correcto”, ahora resulta que nuestros diputados andan discutiendo si prohíben todo lo relacionado con la sangre en los espectáculos taurinos, es decir, la pica, las banderillas y la muerte en el ruedo, para dar paso a una versión “light” como la que se realiza en Portugal y en algunos lugares de los Estados Unidos. O sea, no nos importa ver la sangre en el box, el full-contact o la lucha libre, después de todo son dos humanos matándose entre ellos, pero nos escandalizamos cuando vemos la sangre de un animal, específicamente de un toro que ha sido criado para ser lidiado y muerto en una plaza de toros. ¿Es en serio? Hemos llegado a normalizar la cantidad de ejecuciones, asesinatos y atentados que se dan día con día. Nos llama la tención un ataque armado en un bar en donde muere un montón de clientes, pero a la media hora dejamos de lado eso como si fuese algo común y seguimos la vida. Me niego rotundamente a aceptar modificar la forma en que se realizan los festejos taurinos porque considero que se trata de una incongruencia de una sociedad hipócrita que prefiere voltear la vista para no aceptar su realidad. Me niego porque estoy en contra de prohibir y porque no deseo aceptar el que nadie me imponga mis gustos, pasiones, aficiones o deseos, siempre y cuando estos sean dentro del marco de lo legal y lo natural. La vida sería más sencilla si esos que hoy se manifiestan en contra de las corridas de toros
viviesen de una manera más congruente y sobre todo más empática. Si piden respeto primero tienen que darlo y así, deberían entender que nadie les obliga a entrar a una plaza de toros y que es necesario que entiendan que existen otros seres a los que les gusta ese espectáculo y deberían aceptarlo sin condiciones. No son los toros por los toros, es una postura de principios la que defiendo y sobre ella me sostendré.
¿De qué sirvió?
Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal
“No es igual maquillar que arreglar” Yomero
El montón de dinero que le metió la administración de Luis Donaldo Colosio al Teatro “José Calderón” para remozarlo fue un gasto, no una inversión, porque se trata de recursos tirados a la basura. ¿Qué hacer con un inmueble que carece de estacionamientos, que se ubica en una zona sumamente insegura y que termina siendo pequeño para pensar en montar grandes obras o espectáculos? Celebro y aplaudo el rescate del edificio de la Maderería La Victoria, en la Calzada Madero, para convertirlo en un Centro para las Artes, pero sucede exactamente lo mismo que con el Teatro Calderón. Hacer las cosas sin tener en claro lo que deberá ocurrir después de dar el primer paso, resulta inoperante y cuando eso sucede en cuestiones públicas el asunto se torna en algo francamente cuestionable. Porque lo primero que te preguntas es: ¿cuál es el interés de meterle recursos a ese lugar? Y como no somos mal pensados, de inmediato viene a la mente la idea de que existe algún interés de beneficio económico personal. Que conste, no estoy asegurando nada, simplemente construyo un escenario en función de los hechos. Sería ideal el ver esos proyectos con toda una planeación de mediano y largo plazo sustentada en acuerdos, apoyos, patrocinios; un esquema viable de sustentabilidad y manejo y no simplemente tirar el dinero del erario por tirarlo. Un programa de promoción del teatro en todas sus vertientes dirigido a escolares, con producciones hechas con toda la mano y funciones a diario, sería un buen uso del emblemático recinto de Juárez y Tapia. Regenerar el sector y recuperar “La Ciudadela”, como he señalado en anteriores ocasiones, además de cabildear con los dueños de negocios aledaños para que le vendan sus propiedades al Municipio y construir ahí un megacentro cultural, con instalaciones de primer mundo y estacionamientos, con seguridad 24/7 y un proyecto integral. En la moda de las apariencias y sobre todo, de las ocurrencias, el anterior gobierno de Monterrey hizo y sobre todo deshizo en nuestra ciudad. Acabó con calles y vialidades,
desapareció el arbolado de parques enteros al dejarlos secarse para luego pretender presumir que sembraba nuevos; le cambió la preferencia a vialidades nomás de pura puntada, amplió banquetas a lo tarugo y terminó ahorcando la vialidad en el primer cuadro regiomontano, eso sin contar con su evidente incapacidad para sincronizar los semáforos. Dicen que todo problema o crisis puede convertirse en una oportunidad para hacer algo bueno y ahora corresponde al gobierno que encabeza Adrián de la Garza ver qué diantres hace para recomponer el entuerto que le heredaron, porque los pesos y centavos de los ciudadanos de Monterrey están ahí y ni modo de dejar que se pierdan.
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