Miguel también vivió en Monterrey y aquí conoció a Ana Bárbara

Gracias por hacerme sentir que todavía vivo en la sociedad

Miguel Angel Córdova Cordova el joven en situación de calle que vió y sintió el desplome del viaducto elevado de la línea 12 del Metro capitalino estuvo viviendo en Monterrey y es aquí donde conoció en un jaripeo a Altagracias, mejor conocida como Ana Bárbara

“Ana Barbis, mi Altagracias, con ella vivi experiencias muy hermosas que lo que no viví en su momento de niñez ella me los dio y me los recompensó a mis 16 años, con mucho respeto fue mi gran madre después de la otra”.

Reveló en entrevista para Ruido en la Red quien lo entrevistó por vez primera y a quien dio testimonio fiel de lo sucedido la noche del 3 de mayo que tiene 36 años de edad y tres décadas de ambular por el país.

El es originario del pueblo de Olcoatitlán de la municipalidad de Nacajuca Tabasco y viene de una familia de su padre fallecido , su madre y nueve hermanos, de donde salió a la edad de seis años.

Pasó por Merida , por Lago de Texcoco y llegó a Monterrey y desde hace 10 años vive en Tláhuac, sobreviviendo recogiendo pet, y sin papeles porque los perdió. Prefirió no hablar de su familia porque le trae malos recuerdos.

Angie como le gusta que le digan, habla

Chontal, maya, zoque, zapoteco y mazateco y sabe tejer hamacas y sus juguetes eran los animalitos del campo donde vivía.

Anastacio y Micaela son sus padres y hoy solo conoce a su sobrina; con nostalgia recuerda haber trabajado en el asilo San Vicente en el mero centro de Salamanca donde laboró en varias áreas y donde insiste fue feliz.

De ahí viajó a Tijuana y luego en Monterrey , Nayarit , Veracruz “con cinco pesos soy feliz, un peso de tortilla, un peso de chilito ..” y así sigue narrando su traginar diario.

Dice extrañar y querer a su familia pero sabe que no quieren verlo “me hicieron lo que me hicieron pero yo los quiero”.