NEOLIBERALISMO VS NEOPOPULISMO, LA GUERRA IDEOLÓGICA
- Redacción
- 28 dic 2022
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José Luis Elizondo
Desde la profunda crisis económica del 2008, ocasionada por una descontrolada “burbuja inmobiliaria” iniciada en el sector bancario de Estados Unidos y que se propagó por el mundo con inusitada rapidez, la ideología del neoliberalismo ha resentido otra crisis, esta vez relacionada con la credibilidad en sus postulados, por la creciente inequidad económica que ha generado en el mundo, donde sin duda el número de magnates financieros e industriales ha crecido de manera importante, pero el número de pobres ha crecido de manera geométrica.
Los argumentos de los ochentas de que primero hay que crear la riqueza para después distribuirla, parece que sólo se quedó en la primera fase; y esa crisis del 2008, que dejó millones de personas sin trabajo y hasta sin hogar, fue el caldo de cultivo donde empezaron a surgir los primeros esbozos del neopopulismo, una corriente ideológica que ataca a las élites económicas y políticas en diferentes países.
El neoliberalismo es una corriente económica y política que defiende la liberalización del comercio y la inversión, la reducción de la intervención del gobierno en la economía y la promoción de la propiedad privada y el mercado como mecanismos para distribuir recursos y tomar decisiones. El neoliberalismo se basa en la idea de que el libre mercado es el mejor sistema para organizar la economía y promover el crecimiento y la prosperidad.
El neopopulismo, por otra parte, es una corriente política y social que se caracteriza por el rechazo a la élite política y económica y por la promoción de políticas que favorecen a la gente común. El neopopulismo se basa en la idea de que el pueblo debe tener el control y el poder en la toma de decisiones políticas y en la distribución de recursos. Los neopopulistas a menudo utilizan un lenguaje emocional y apelan a los sentimientos de frustración y descontento de la población para ganar apoyo político.
Algunos analistas consideran que el neopopulismo está mucho más cerca del fascismo, que tantos estragos causó a mediados del siglo pasado, ya que además, promueve la polarización y la división de la población, generando un nuevo caldo de cultivo que podría ser propicio para detonar una nueva conflagración militar en el mundo. Si no me cree, voltee a ver lo que sucede en Ucrania.
Entre los estertores de la ideología neoliberal, es urgente que iniciemos una nueva vertiente liberal, con vocación social y humanista, pero sin renunciar a la libertad, a la propiedad privada y al libre mercado, y que además, promueva el cuidado del planeta, que es la única casa que tenemos los seres humanos y las demás criaturas vivientes para vivir y convivir; pero no podemos permitir que resucite el fascismo y la barbarie, amenazando el destino de la humanidad.
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