Samuel y sus cobertores patito
Pareciera que Samuel García trae el santo de espaldas, porque todo lo que hace termina revirtiéndosele y actuando en su contra. No son los ricos y poderosos, ni los partidos o sus contrincantes, los que le hacen la vida imposible a Samuel, es él y sólo él, quien se encarga de poner piedras y llenar de espuma jabonosa su camino. Uno: Hace un intenso frío y el hombre al tiempo que presume la acción pregunta dónde puede comprar más, pero muestra una foto de cobertores “patito”. ¿El resultado? Le llueve en redes sociales donde lo critican por regalar cobertores chafas; aquí también habría que preguntarse cómo es que está de dadivoso si estamos en tiempo de intercampañas y se supone que no puede ni pedir el voto, pero tampoco hacer obsequios… a ver si no lo acusan de campaña anticipada. Dos: Se registra en el primer minuto en que se abre la posibilidad ante las autoridades electorales y para pronto se arma un video que empieza con la frase “no hay tiempo qué perder”. Da exactamente igual inscribirse en el primer minuto que en el último segundo del plazo fijado; las campañas comenzarán hasta el 5 de marzo, no antes. ‘No hay tiempo qué perder’, ¿de qué, para qué, con qué? Alguien tendría que recordarle a Samuel la frase del célebre torero de película José Álvarez “Juncal” que decía: “las prisas son para los chorizos (rateros) y para los malos toreros”. Tres: García se monta un “diálogo con expertos” para hablar de pobreza en tiempo del Covid. Nada más a Samuel se le puede ocurrir el organizar una actividad así tras la aparición del famoso video del sacrificio que tenía que hacer de chavo para que su papá le pagara un sueldo los sábados. Obvio lo tupieron. Tengo la sensación de que Samuel sigue confundiendo el nivel de conocimiento con la intención de voto y que se rige por aquella máxima de “que hablen de ti, aunque sea mal, pero que hablen”. No se da cuenta de que todos esos traspiés lejos de ayudarle lo van alejando de su objetivo. Las acciones de Samuel terminan siendo además un lastre en la campaña del candidato de MC a la alcaldía de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, el que “sin querer queriendo” se volvió tendencia al hacer una declaración bajo el monumento a su padre en Lomas Taurinas, porque al asociar la figura de Samuel a la de Luis Donaldo, por igual dejarán de votar por el último, ya lo verán. Ni trae el santo de espaldas ni es el dueño del circo al que le crecen los enanos, es un joven desbocado con muchas ganas y más afanes protagónicos, que carece de estrategia y que se conduce en base a ocurrencias porque busca likes, no votos. ftijerin@rtvnews.com
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