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Tamaulipas, el trofeo que todos quieren


LA TALACHA

Aun cuando el PAN, PRI y PRD se den de topes contra la pared y se lamenten no haber ido en alianza en la elección del 2021, y ahora estén frotándose las manos y se amarren con tiempo para ganar la gubernatura en el 2022, deben entender que nunca una elección es igual a otra. Eso en el manual de las campañas está escrito.

Si creen que ya amarrados los tres partidos y sumando otros más van a tener asegurado el triunfo, estarán pecando de ingenuos, porque la que viene es una elección única, donde sólo se jugará la gubernatura y no estará en disputa ningún otro cargo electoral. Y no quiere decir que la elección sea de menor importancia, sino que ahora estarán en juego otros factores y otros actores, y la estrategia será diferente.

Por supuesto que las alianzas suman, y si se hace un ejercicio matemático como bien lo dibuja en sus acertados análisis el prestigiado consultor electoral tamaulipeco, Juan Pablo Márquez, puede aspirarse a ganar. Si el PAN suma los 128 mil votos del PRI, a los del Verde o a Movimiento Ciudadano, gana. Igual Morena, si mantiene la alianza del Partido del Trabajo y logra jalar al Verde o MC, también tendrían la posibilidad de ganar. Aquí será determinante la habilidad de hacer las alianzas, pues no solo dependerá de los grupos e intereses locales.

En esta elección de Tamaulipas, todos meterán mano; desde el Presidente de la República, las dirigencias nacionales de los partidos, los grupos de poder en el Estado, los poderes fácticos, incluyendo el hampa, y hasta el gobierno estadounidense, incluyendo los vecinos de Texas.

Tamaulipas, a diferencia de Durango, Aguascalientes, Oaxaca, Quintana Roo e Hidalgo donde se renovarán las gubernaturas, estará en el centro de todas las miradas, no solo por el morbo de saber quién gana entre el gobernador Cabeza de Vaca y el presidente López Obrador, sino por lo que representa el Estado geográficamente para México y para los Estados Unidos. Es la entidad por donde cruza el 70 por ciento del comercio del continente.

Existen macro intereses que impactan en lo económico, en lo político y en la seguridad que va más allá de nuestras fronteras.

Tamaulipas desde hace 30 años, se volvió ingobernable, por no decir un Estado fallido donde los intereses de la Cosa Nostra determinan la gobernabilidad. Por eso existe un particular interés desde Palacio Nacional que haya un cambio estructural, no solo partidista, ni de nombres.

Las alianzas partidistas se van a dar, pero no como las que se vieron y se hicieron en la pasada elección. En el PRI local y sus diferentes actores, hay una resistencia a ir unidos con el PAN. El mismo Edgardo Melhem es uno de ellos, que ha expresado incluso su deseo de dejar la dirigencia del partido si se consuma la alianza con el panismo.

Muchos priistas de Tamaulipas han manifestado sus simpatías por Morena, y se cree que esa reserva de 128 mil votos podría ir de manera natural y sin presiones al partido de la 4T.

Son muchas cosas que se van a ver en esta elección para gobernador, donde Tamaulipas, será en el 2022, el trofeo que todos quieren, y en el que todos quieren meter mano.

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