Por qué abrir las escuelas a los niños?: Unicef
La Unicef México publicó un artículo en abril de este año en el que menciona que en México, 25.4 millones de alumnos y alumnas de educación básica y 5.2 millones de estudiantes de educación media superior siguen sin asistir a la escuela l tras su cierre como medida de mitigación para prevenir contagios de COVID-19.
Ya más de un año y esto ha impactado no solo en el aprendizaje sino en su salud mental, su acceso a alimentos nutritivos o en el aumento del ciberacoso.
¿Por qué priorizar la reapertura segura de las escuelas?
El cierre de escuelas compromete el bienestar actual y la oportunidad de desarrollo hacia el futuro de la niñez y adolescencia, por ello es primordial pensar en la reapertura escolar de forma gradual y bajo las más estrictas medidas de prevención ; además, se deben buscar soluciones que remedien el rezago sufrido.
El cierre también afecta los logros de aprendizaje alcanzados en el país después de varios años y el acceso de la población más vulnerable a un aprendizaje adecuado. Ir a la escuela se convierte en una prioridad sobre todo para quienes tienen menos posibilidades de estudio y aprendizaje fuera de los planteles educativos. Por ello, a menos que se asegure que las escuelas se encuentren entre los primeros espacios públicos en reabrir, en condiciones seguras, podríamos ver un retroceso en los avances alcanzados, la desigualdad aumentará y las comunidades y la economía sufrirán más durante las generaciones venideras que tomará años recuperar.
¿Qué sabemos sobre COVID 19 en escuelas y en niños y niñas?
Los datos de países individuales y varios estudios sugieren que los niños y niñas menores de 18 años representan alrededor del 8.5% de casos notificados de COVID, con relativamente pocas muertes en comparación con otros grupos de edad. La infección en los niños y niñas generalmente causa una leve enfermedad, sin embargo, se han registrado casos de enfermedad crítica también en niños y niñas. Al igual que con las personas adultos, las condiciones médicas preexistentes se han sugerido como un factor de riesgo para la enfermedad grave.
El grado en que los niños y niñas contribuyen a la transmisión del SARS-CoV-2 sigue sin comprenderse completamente. Datos actuales sugieren que niños y niñas infectados menores de 10 años son menos contagiosos que personas adultas. Los pocos estudios sobre contextos educativos donde las escuelas reabrieron o nunca cerraron sugieren que las escuelas no se asocian con un aumento de contagios al nivel comunitario.
Las primeras investigaciones revisadas se recogieron en el contexto de reaperturas escolares relativamente limitadas.
Riesgos asociados al cierre prolongado de las escuelas
1. Interrupción de los aprendizajes
de acuerdo con las evaluaciones de aprendizaje PLANEA 2018, casi el 80% de las niñas y niños mexicanos no alcanzaban los aprendizajes esperados en las áreas de comprensión lectura y matemáticas. Estos rezagos se verán agudizados por el cierre de las escuelas.
2. Riesgo de abandono escolar
Evidencia internacional demuestra que con el cierre prolongado de escuelas (por ejemplo, a causa de emergencias) el riesgo de abandono escolar se aumenta. Las razones pueden ser múltiples.
3. Rezago en el desarrollo infantil
Para los niños y niñas más pequeños, el cierre de los espacios físicos restringe oportunidades para su desarrollo óptimo.
4. Violencia contra niños, niñas y adolescentes:
Antes de la epidemia, la evidencia mostraba que el hogar es a menudo el lugar más peligroso para una mujer y sus hijos e hijas situación que se agrava por el confinamiento.
5. Violencia en línea
Dada la limitada supervisión por el exceso de carga de trabajo de los cuidadores, y el aumento de presencia de número de horas en redes sociales por parte de niñas, niños y adolescentes por la educación a distancia y la ausencia de educación presencial, aumenta el riesgo de ciberacoso o violencia en línea.
7. Bienestar físico y psico-emocional
El uso excesivo de pantallas para seguir clases en televisión o en línea y el confinamiento en casa pueden generar insuficiente actividad física y sedentarismo, aumentando el riesgo de sobrepeso y obesidad, así como de sueño irregular y con ello otras consecuencias para la salud física y mental como irritabilidad, ansiedad y falta de concentración.
Algunas consideraciones para la re-apertura de escuelas
· “La reapertura escolar es una decisión de los gobiernos, que pueden tomar a partir de la evidencia epidemiológica y el análisis de beneficios y riesgos en materia de educación, salud pública y factores socioeconómicos del contexto local. Esta decisión debe estar guiada por el interés superior de cada niño, niña y adolescente.”
La decisión sobre el cierre o la re-apertura de escuelas debería tomarse al nivel local, basado en el nivel local de transmisión de SARS-CoV-2, la evaluación local del riesgo y de las capacidades de las escuelas de adaptarse y de operar de manera segura; además de un análisis acerca de cuanto la reapertura de escuelas podrá aumentar la transmisión del virus en la comunidad. El cierre de escuelas solo debería considerarse cuando no hay otras alternativas.
El Marco para la reapertura de las escuelas indica las siguientes dimensiones a ser tomados en cuenta: 1) operaciones de seguridad escolar; 2) aprendizaje; 3) bienestar; 4) protección; así como 5) medidas para llegar a los más vulnerables.
· Se espera que la mayoría de los gobiernos adopte un enfoque progresivo/gradual, por regiones y zonas y áreas rurales o urbanas, tomando en cuenta los niveles de contagio, y según necesidades educativas .
Para facilitar las acciones de distanciamiento físico, se pueden considerar: alternancia (días/semanas), presencial y a distancia, horarios escalonados (tiempos de inicio/final, recreos, almuerzo, entre otros), turnos múltiples o dobles, reducir el número de estudiantes en clase, y mantener los mismos grupos.
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