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Foto del escritorFRANCISCO TIJERINA ELGUEZÁBAL

 Prueba 





Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal 


“Los viejos lo creen todo; los adultos todo lo  sospechan; mientras que los jóvenes todo lo saben” Oscar Wilde 

Ha tenido que ser el tiempo, juez supremo de todas las cosas, el que ha tenido que llegar para demostrar que las obras “verdes” realizadas por la administración de Luis Donaldo Colosio en Monterrey únicamente han servido para tirar dinero y emproblemar aún más nuestra caótica ciudad.  Colosio les compró la idea a quienes así se lo vendieron, de tener una ciudad tipo europea, pero la nuestra, a diferencia de las del otro lado del mundo, tiene un titipuchal de habitantes más que tienen otro tipo de requerimientos en su movilidad y traslados, por lo que los sueños guajiros del muchacho que nunca ha andado a pie y menos se ha subido a un camión, se han estrellado contra la realidad.  Sin coordinarse con otras instancias como el Estado que decidió arrancar un montón de obras estrangulando arterias principales, a las autoridades regias se les ocurrió desaparecer carriles al construir megabanquetas y encima destinar espacios para unos ciclistas inexistentes, propiciando la anarquía.  Los “pasos pompeyanos” que construyeron por doquier, son una ayuda para los adultos mayores y las personas con discapacidad, pero se convierten en un gravísimo problema para los conductores y, por si fuera poco, en focos de infección al estancar aguas que propician la proliferación de mosquitos como el dengue.  El ”Puente Verde” que une al Parque España con el Parque Fundidora es un espectacular elefante gris que no aporta beneficio alguno y sí ha logrado complicar la vialidad de importantes arterias. El cambio de preferencia en avenidas como Padre Mier o Matamoros para dar paso a calles menores, sólo ha lentificado el tráfico e incrementado la contaminación.  Ahí están los números y los resultados que no dejan mentir. No quisieron escuchar lo que muchos les advertimos con tiempo. Hoy no son ellos los que pagan las consecuencias, sino los habitantes de Monterrey.  A ver si ya aprendemos a organizarnos para impedir ocurrencias de nuestras autoridades que a la larga nos terminan costando dinero, tiempo y salud.  




Diva



Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal 


“Es una cosa bastante repugnante el éxito.  Su falsa semejanza con el mérito engaña a los hombres” Victor Hugo 

Puedo tener admiración por la voz y sobre todo por el cuerpo de Susana Zabaleta, que a sus casi 60 años sigue estando buenérrima, pero sus poses de falsa diva y sus actitudes me desencantan cada vez más.  Famosa por pendenciera, respondona y picha-buches, la hija pródiga de “Monclovita la Bella” (vaya despropósito de apodo de ciudad), el pasado 15 de septiembre fue contratada por el DIF de Tamaulipas para presentarse en la noche del Grito de Independencia en Ciudad Victoria y ahí, encabronada porque tardaban en conectarle el sonido para su show después de la ceremonia oficial, arremetió contra todo y contra todos.  Nomás de sus calzones le tupió al alcalde reelecto y lo criticó por los baches (¿qué tenían qué ver con la falla logística del evento?) y no conforme con ello le atizó al Gobernador, esto es, al marido de la señora que la contrató y le pagó para ir a cantar.  ¡Que lindos ovarios!  De pasada y como no queriendo la cosa, la señora dijo que Monterrey era la ciudad más fea de Estados Unidos.   Cuando vinieron los reclamos la mujer se quiso escudar en que así es ella, que “dice lo que piensa” y sobre nuestra ciudad expresó que lo que comentó es un chiste viejo, “Monterrey tiene un lado y tiene otro, los que viven de un lado del río son los privilegiados, los que viven del otro son los jodidos”.  Podrá cantar como los ángeles y estar más buena que el pan, pero eso no le da el derecho de ser malagradecida con quien le da de comer, primero, con quien la invitó a su casa, segundo y con el público que no fue a escuchar sus posturas políticas convenencieras o de escándalo para ganar rating.  Es una pena que una carrera como cantante y actriz tan trascendente, se pierda por unas presuntas posturas que en realidad terminan siendo falsas actitudes de diva de papel. 




Forma y Fondo


Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal 


“En política, la forma es fondo” Jesús Reyes Heroles 

Tenía razón el maestro Reyes Heroles, en política la forma es fondo.  Y es que lo que digas puede ser importante, pero tan o más importante que ello es la manera en que lo dices.  No puedo dudar de los buenos propósitos de Miguel Treviño cuando en su red social “X” informa que buscando un mejor San Pedro han dedicado esfuerzos por tener más limpios los parques, razón por la cual han contabilizado y pesado la cantidad de heces de perros que se dejan al aire libre para saber en dónde realizar tareas de convencimiento vecinal para crear conciencia y erradicar el problema.  Bueno e importante, sin embargo el problema está en el cómo se dice y, en este caso en particular, en cuándo se dice.  Treviño enfrenta al cierre de su gestión gravísimos problemas de imagen, de seguridad, de movilidad, de percepción de su gobierno y de aprobación de su administración, de manera que las cacas de los perros es lo último que debería estar promocionando, pero ya ve usted cómo piensa el todavía alcalde sampetrino y cuáles son sus prioridades.  Miguel es víctima de su tozudez, de su soberbia, de su falta de preparación. Se ha equivocado desde el principio al no entender que llegó al cargo por una merca circunstancia, no por popularidad y por eso mismo repitió, porque aún creían que podía ser un agente de cambio, lo cual nunca logró.  Tendrá Miguel tiempo y espacio para recapacitar, más tal vez nunca más para reandar el camino y recomponer su imagen, porque difícilmente conseguirá el voto ciudadano para acceder a otro puesto de elección.  Ojalá que la experiencia le sirva en el futuro y aprenda de los errores, a donde sea que vaya en los próximos años. 



Discurso



Percepciones Francisco Tijerina Elguezabal 


“Los discursos inspiran menos confianza que las acciones” Aristóteles 

Créame cuando le digo que siento por don Carlos Slim una profunda admiración y respeto. No es nada sencillo, más que el tener éxito en los negocios, el mantenerte y multiplicar los aciertos de la manera en la que este mexicano lo ha conseguido; se requiere tener los pies muy firmes en el suelo y no perder la brújula.  Sin embargo, el Ingeniero demostró ayer en su participación en la Cumbre de Premios Nobel por la Paz, lo fácil que puede ser el “simplificar” temas como la inseguridad, desde la retórica.  Dijo don Carlos que “para construir sociedades pacíficas, primero es necesario trabajar en la formación de familias armónicas, con una buena convivencia”, y sí, suena muy bonito, pero el punto medular no está en el “¿qué?”, sino en el “¿cómo?”  ¿Cómo pedirle armonía a un padre de familia que debe pasar cuatro horas para llegar y volver de su trabajo diariamente, una para que pase el camión y otra de ida y otras tantas de regreso? ¿Cómo pedirle paz a una familia que sufre por la falta de agua? ¿Cómo hablarles de convivencia cuando todos los integrantes de esa familia viven aterrorizados por la inseguridad que prevalece en su entorno?  ¿Cómo pensar en desarrollo cuando las oportunidades brillan por su ausencia? ¿Cómo recriminar a los jóvenes que sucumban ante la tentación de las drogas o los embarazos precoces en una sociedad como la que vivimos? ¿Cómo pensar en valores si los ejemplos que hoy ven son el que una mujer gana millones de pesos desnudándose frente a una cámara o bien un tipo alcanza el éxito hablando estupideces e insultando a media humanidad?  Disculpe don Carlos, pero me parece que cargarle la responsabilidad a las familias no es lo correcto y que no está ahí la solución. En todo caso debemos cambiar como sociedad y eso implica una profunda transformación.   Es necesario alzar la voz, fuerte y claro, y criticar esas acciones que van en contra de los valores que realmente debemos promover; debemos conseguir que como comunidad esos personajes sean mal vistos para que su ejemplo no contagie a los demás.  Debemos contar con un sistema de justicia eficiente, con jueces votados, elegidos o designados, sea como sea, pero que impartan realmente justicia y eso significa que ocurra de una manera expedita. Tenemos que encontrar la manera de que se castigue con severidad la delincuencia y sobre todo la violencia en todas sus formas.  Tenemos, aquí sí voy de acuerdo con usted, que invertir y mucho en la educación, la capacitación, la nutrición, la salud, pero una salud que cubra a todos.  Es urgente el diseñar como sociedad medidas que permitan la construcción de un “piso parejo”, como lo llama mi amiga Martha Herrera, para todos los mexicanos. Debemos pensar en soluciones que no sólo atiendan a grupos poblacionales con criterios electorales.  Desde su posición don Carlos, usted puede encabezar un movimiento que de verdad transforme México, que logre ese cambio de mentalidad en nuestra sociedad y que consiga que los gobiernos reorienten su gasto social a formas más creativas y justas para verdaderamente invertir en nuestro futuro. 

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