Los dos Tamaulipas
LA TALACHA Cuando en el 2018 estalló el gran Movimiento de Regeneración Nacional iniciado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador y lo llevó a la silla presidencial, chocaron los dos Méxicos: El México profundo, el de abajo, el que vive al día, el que padece la injusticia del poder, el que tiene hambre y sortea todas las crisis. Ese México del sur, el de los pueblos originarios, el de los quemados por el sol y el frío, el de los que han vivido por años esperando la justicia social, y al que los del norte acusan de guevones y llaman mantenidos. Así lo dijeron en su momento, el entonces Gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, «El Bronco», https://bit.ly/3GdIaC8 y el ahora mandatario neolonés Samuel García https://bit.ly/3poHRh4 Y está el otro México poderoso, corrupto, manipulador y demagógico; el de la lista de Forbes, el de Odebrecht, el de los videos y los maletines repletos de dinero, el de los moches, el de las complicidades y alianzas vergonzosas. El país de la trampa, del narco, el que usa el poder para amenazar y corromper conciencias. El México de Andrés Manuel López Obrador, y el México del PAN y las derechas. Entre esa lucha se debate el país. Hasta ahora, luego de tres años, va ganando el primero con un marcador abultado: 17 gubernaturas, 19 Congresos Estatales. Con sus aliados, mantiene mayoría en el Congreso de la Unión y el Senado, tiene una fuerza preponderante. La aceptación presidencial se mantiene en un 70 por ciento, y Morena como partido, es el favorito de todos los mexicanos en todas las encuestas. En ese contexto, se dará el relevo del poder Tamaulipas, en donde igual que en el plano nacional, puede trasladarse la lucha de los dos Tamaulipas: el de los que quieren un cambio de a deveras y los que no quieren saber nada del panismo, contra los grupos tradicionales acomodaticios que quieren mantenerse en el poder. En el terreno estatal, Morena, a decir de las encuestas, es el que está muy por encima de los demás partidos, pero existe una realidad al margen de las preferencias partidistas. En sondeos realizados en población abierta, los tamaulipecos nada quieren saber de colores ni de partidos, menos de grupos tradicionales de poder. El pensamiento de las familias tamaulipecas hacia el gobierno y hacia el cambio que viene, es que «todos son los mismos», o «que solo unos cuántos tienen el poder, y que cíclicamente los actores políticos se cambian de partido». Las revelaciones en los estudios de opinión sugieren que el próximo gobernador sea una persona identificada con la gente, «queremos gente buena, que sirva a los más necesitados; que se identifique con el Tamaulipas de los pobres, no con la élite del poder que ha gobernado al Estado desde hace más de tres décadas; que esté alineado con el México de AMLO», dicen. Y aunque en las encuestas, la marca Morena está por las nubes, también se percibe que la población va a votar por la persona, no sólo por el partido. El cambio en Tamaulipas está en marcha.
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