violencia sin consecuencias

Hace días dijo que en Nuevo León “ni abrazos ni balazos” y entonces porqué abrazar la permisividad de que los niveles de violencia escalen en las marchas o protestas; ayer 5 de enero del 2017 la inconformidad de los neoloneses por el gasolinazo se reflejó quebrando los vitrales centenarios del Palacio, del Congreso, del Tribunal Superior de Justicia y de negocios y comercios; hoy, 8 de marzo 2022 a la marcha feminista que exige que no la violenten más , lo hizo no solo quebrando de nuevo los vitrales repuestos y supuesto blindados, sino quemaron puertas y ventanas y aún más “asaltaron” el interior del Palacio de Gobierno donde encendieron fuego, garfitearon pisos, paredes y me pregunto y ¿ mañana que sucederá? Si la política es no sacar policías a cuidar y proteger todo, y digo todo;, la fuerza policial era mínima, alejada de la explanada para tantas miles de mujeres, los rumores que se difundieron una semana antes de que serían esta vez más agresivas si se enteraron lo dejaron pasar por alto; esa postura de Samuel de no usar fuerza civil para resguardar recintos centenarios tampoco hacerlo en el futuro , porque “lo principal es resguardar la integridad de los participantes , porque las cosas materiales luego se reponen”, deja la puerta abierta para que grupos agresivos y radicales calados , hagan de nuestro estado otro Michoacán, Chiapas , otro Querétaro, otro Oaxaca; no estamos diciendo que se use la fuerza pública para reprimir sino para contener; tal vez dirán que hubo policías pero fueron mínimos para tantas.

Que le criticaremos lo tolerante sí; que se confió sí, que no le sirvió de experiencia las marchas anteriores sí; que prefirió que dañaran el patrimonio del estado y nacional sí ; no le quedó de otra más que decir que pagaría de su bolsa los daños si su esposa se sumó a la marcha; esta tolerancia podría costarle al estado en el futuro más que miles de pesos porque la violencia permitida y sin consecuencias siempre busca nuevos alcances y sabores.