- Redacción

- hace 4 días
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El inicio de los bloqueos y demandas principales
La mañana del lunes, miles de campesinos y transportistas mexicanos iniciaron bloqueos simultáneos en las principales carreteras del país para exigir mejores condiciones de seguridad y precios justos para sus productos y servicios. Las protestas, organizadas por la Asociación Nacional de Transportistas (ANTAC), el Frente Nacional para el Rescate del Campo Mexicano (FNRCM) y el Movimiento Agrícola Campesino (MAC), paralizaron vías clave como el Arco Norte de la CDMX, la México-Toluca y Lechería-Texcoco, entre otras rutas importantes en el centro y norte del país.
Respuesta oficial: llamado al diálogo, pero sin resultados
Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Gobernación, subrayó que el diálogo con líderes de los gremios sigue abierto y ha pedido que terminen los bloqueos, asegurando que no existen motivos suficientes para mantenerlos, a menos que haya intereses políticos de por medio. Por su parte, el secretario de Agricultura, Julio Berdegué, precisó que al menos 2,000 productores agrícolas participan en los bloqueos, los cuales se han extendido por Chihuahua, San Luis Potosí, Zacatecas y Estado de México. Las autoridades destacan más de 300 reuniones recientes con representantes del sector para atender sus reclamos.
Contexto y actores en la movilización
Las movilizaciones actuales se producen tras semanas de inconformidad por parte de agricultores y transportistas frente al incumplimiento de acuerdos sobre precios de garantía, acceso a mercados y garantías de seguridad ante el incremento de asaltos y violencia en rutas federales. Los gremios reclaman transparencia y compromiso por parte del Gobierno, señalando que los mecanismos implementados hasta ahora no han mejorado la situación ni generado certidumbre económica para el campo y el sector logístico.
Impacto nacional y posibles escenarios a futuro
Especialistas y analistas señalan que estos bloqueos carreteros en México podrían generar importantes afectaciones en el abasto alimentario, la actividad económica y la movilidad para millones de personas si no se logran acuerdos rápidos y efectivos. El desarrollo de la protesta será clave para medir la capacidad de negociación entre autoridades y sectores productivos, así como para evaluar los riesgos de futuras escaladas sociales si las respuestas se perciben insuficientes o tardías








