José Luis Elizondo T.
La falta de información oficial sobre el estado de salud del Presidente Andrés Manuel López Obrador generó una gran cantidad de especulaciones que iban de lo trágico a lo triunfalista; pues en redes sociales se mencionaba sobre el fallecimiento o infarto cerebral, mientras que otros señalaban que no estaba enfermo, que todo era un montaje, para crear una cortina de humo y desviar la atención de algunos decretos que votaría la Cámara de Diputados.
Él próximo 13 de noviembre cumplirá 70 años de edad el Presidente López Obrador; 11 menos que el Presidente Joe Biden, quien ya anunció que buscará su reelección, ya que éste último cumplirá 81 años el próximo 20 de noviembre. Sin embargo, la salud del mandatario mexicano no ha sido suficientemente estable, en comparación con el norteamericano.
El más reciente incidente sucedido el fin de semana pasado en una gira por el sureste del país, comprueba su débil estado de salud que, aunque haya declarado en un video que está bien, a muchos nos queda la duda.
Conocer la salud de un mandatario en cualquier país es importante, en primer lugar, porque es el líder de una nación y su salud afecta directamente su capacidad para desempeñar sus funciones y tomar decisiones importantes para el país.
Si la salud del Presidente López Obrador se ve comprometida, este hecho podría tener un impacto significativo en la estabilidad política y económica nacional.
A diferencia de Estados Unidos, en donde si fallece el presidente o queda incapacitado para conducir ese país, asume la presidencia el vicepresidente, en México desapareció la vicepresidencia desde el siglo 19, porque cada vicepresidente buscaba derrocar al presidente, lo que ocasionó graves crisis políticas y de inseguridad.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos dice que ante la falta absoluta del Presidente de la República, en tanto el Congreso nombra al presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo.
Por ello, conocer la salud del presidente López Obrador es importante para asegurar la transparencia, la rendición de cuentas y para evitar la rebatinga del poder; o como acertadamente twitteó el experimentado político Porfirio Muñoz Ledo, para evitar un golpe de estado silencioso.
