José Luis Elizondo T.
Estamos a escasos días del proceso electoral del seis de junio. Sabemos lo que sucederá ese día, millones de mexicanos saldremos a ejercer nuestro derecho al voto para elegir a nuestros representantes.
Está fue una campaña electoral accidentada con amenazas, violencia y lamentablemente, con ejecuciones, al estilo más puro estilo del crimen organizado, de decenas de aspirantes a un cargo de elección popular en el territorio nacional.
Los recursos millonarios que se han destinado a las campañas no compensan en nada la pérdida de vidas inocentes, por lo que la jornada del seis de junio nos ha salido sumamente costosa a los mexicanos.
Por eso no debemos abstenernos de votar, tenemos que salir ese día para demostrar a todos que la violencia política no afectará la intención del voto
Sin embargo, se han propalado rumores de que el Presidente López Obrador, fiel a no reconocer sus derrotas electorales, el 7 de junio declarará que hubo fraude, para seguir minando la credibilidad del INE y promover la reposición del proceso electoral.
Se juega mucho el seis de junio, pero lo que suceda el día siete, será decisivo para nuestra democracia imperfecta. Ese día la disyuntiva es, o se aceptan las derrotas, para consolidar un poco más la incipiente e imperfecta democracia, o se anuncian movilizaciones nacionales para defender el voto contra supuestos fraudes electorales.
La Vicecoordinadora del PAN en el Senado de la República, Kenia López, acertó cuando dijo que “López Obrador es un mal perdedor. No lo digo yo. Lo dice su historia. Seguramente va a patalear y se va a poner como loco. Denostará las instituciones, al árbitro, hablará de los neoliberales, pero la realidad es que va a perder. Estamos en un parteaguas”, pronosticó.
Es de esperarse que, de perder la Cámara de Diputados y algunas gubernaturas, los políticos leales a AMLO retomen el viejo discurso de un gran complot internacional para descarrilar la 4T y “regresar las prebendas a los corruptos de siempre” sin dejar de señalar a empresarios, intelectuales orgánicos, periodistas corruptos, autoridades electorales, el gobierno de Joe Biden, la CIA, el FMI y solo faltaría que involucre al temido chupacabras en ese complot.
Ojalá que el 7 de junio prevalezca la cordura. Que los perdedores acepten su derrota, aunque sea por la mínima diferencia, contribuirá a reforzar la confianza en el voto y en las instituciones electorales.
El día seis de junio es muy importante, salgamos todos a votar. Pero el lunes siete, será decisivo para el futuro de la democracia nacional. Tal como lo han afirmado algunos polítólogos, tal vez sea la última elección a la que acudamos, si la 4T decide instaurar un régimen dictatorial al estilo Venezuela.
Así que estemos preparados para emitir el voto el domingo seis y para defenderlo el lunes siete.
